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Posts Tagged ‘campos mórficos’

Repetidos experimentos, avalados por numerosos científicos, han comprobado la existencia de fenómenos de percepción extrasensorial; sin embargo, el mainstream de la ciencia sigue rechazando a la telepatía, acaso víctima de un nuevo dogma, avatar de una estrecha visión religiosa.

La ciencia lleva la voz dominante de lo que es real en nuestra cultura. Su método de obtención de conocimientos, aparentemente objetivo y riguroso, se ha erigido como el más efectivo dentro de nuestro paradigma sociocultural. Sin embargo, como antes la religión, que tanto criticó, la ciencia ha construido una autoridad oficial que en ocasiones legisla a través del dogma.

Un caso que parece demostrar lo anterior es el de la telepatía o la percepción extrasensorial (ESP, en inglés). Como bien muestra Chris Carter, maestro por la Universidad de Oxford, en un reciente ensayo, existen numerosas pruebas científicas que comprueban la existencia de la telepatía y sin embargo ésta es considerada como una aberacción del pensamiento mágico insuperado por las conciencia primitivas que merodean las afueras de los laboratorios y las universidades.

Este prejuicio que pende sobre lo mal llamado “paranormal” tiene un larga historia, adoptado incluso por científicos tan reconocidos como Einstein, quien llamó despectivamente al fenómeno que hoy conocemos como entrelazamiento cuántico “spooky action at a distance” (“acción fantasmagórica a distancia”).  

Carter traza la historia del sesgo  (paradójicamente) irracional que existe en contra de la telepatía que recurrentemente se manifiesta en la ciencia. Por ejemplo, recientemente el famoso psicólogo escéptico Richard Wiseman admitió que la evidencia que se tiene de la telepatía es tan buena que “para los estándares de cualquier otra área de la ciencia está comprobada”. Carter trae a colación que esto viene sucediendo desde décadas atrás. El psicólogo Donald Hebb escribió en 1951:

¿Por qué no aceptamos la percepción extrasensorial como un hecho psicológico? Rhine ha ofrecido suficiente evidencia para convencernos  en casi cualquier otra cuestión. Personalmente, no aceptó la percepción extrasensorial porque no hace sentido. Mi criterio externo, tanto de física como de fisiología, dice que la la percepción extrasensorial no es un hecho pese a la evidencia de que ha sido reportada. No puedo ver que otra base tienen mis colegas para rechazarla. Rhine puede acabar estando en lo correcto, improbable como pienso que es, y mi propio rechazo de esta perspectiva es –en el sentido literal– prejuicio.

Cuatro años después, George Price, publicó un artículo en la prestigiosa revista Science:

Los creyentes en los fenómenos psíquicos… parecen haber dado con una decisiva victoria y virtualmente silenciado a la oposición. La victoria es el resultado de cuidadosa experimetación e inteligente argumentación. Docenas de experimentadores han obtenido pruebas positivas de percepción extrasensorial en experimentos, y los procedimientos matemáticos han sido aprobados por los más destacados estadísticos… Contra esta evidencia, casi la única defensa  que le queda al científico escéptico es la ignorancia.

George Price, del departamento de medicina de la Universidad de Minnesota, sin embargo, dijo que ya que la parapsicología y la ciencia moderna son incompatibles se debía rechazar la telepatía –como si el edificio de la ciencia moderna hubiera sido construido con oro solido y nada pudiera mancillarlo o derribarlo (o todo aquello que amenazara con hacer esto debería de ser marginado). 

Los anteriores ejemplos muestran claramente que  los escépticos consideraban que si la telepatía fuera un campo de investigación como los otros que investiga la ciencia, ya habría sido aceptada como una realidad. Sin embargo, por ser un caso especial se requiere “evidencia extraordinaria”. Pero esta evidencia extraordinaria contrasta con la experiencia ordinaria de miles y miles de personas que viven la telepatía como algo común en sus vidas cotidianas.

Curiosamente, según un par de encuestas citadas por Carter, incluso los físicos se inclinan en más de un 50% a creer que la telepatía existe, pero los psicólogos se inclinan a negar esta posibildad. 

Una de las principales razones por las que los científicos se oponen a la telepatía, pese a las pruebas experimentales, es que supuestamente, en palabras de Richard Dawkins “pone de cabeza las leyes de la física”. Pero esto, según Carter, en realidad solo aplica a la física clásica, y no a la física cuántica actual. No ocurre una contradicción con el  modelo de la física cuántica actual, en el que partículas subatómicas exhiben una conexión instantánea a distancia, lo que se conoce como entrelazamiento cuántico, repetidas veces probado en el laboratorio desde el seminal experimento de Alain Aspect en 1981.

En el esfuerzo de entender cómo funciona la telepatía desde un modelo científico es interesante revisar el trabajo de Rupert Sheldrake, quien no sólo ha realizado experimentos midiendo la telepatía humana y animal, sino que ha establecido una base teórica para entender la percepción extrasensorial, particularmente la transmisión psíquica de información a distancia. Sheldrake ha observado indirectamente la existencia de lo que llama “campos mórficos” o “campos morfogenéticos”, los cuales almacenan la memoria de una especie incorpóreamente. Sheldrake sugiere que los seres vivos entran en un estado de resonancia con estos campos –o con otros miembros de su especie– y  de esta forma reciben información puntual a distancia.

Quizás sería bueno recordarles a algunos científicos como las creencias religiosas en su momento fueron el enemigo principal del conocimiento… como la creencia en general va en detrimento de la inteligencia. Ya que su creencia en un modelo del mundo les impide observar sin filtros los datos experimentales que se contraponen a su visión de cómo son las cosas (una visión que es más un cómo deberían de ser las cosas). Todos proyectamos  nuestros pensamientos y creencias en el mundo, pero supuestamente la ciencia estaba libre de esto. Una ciencia que por otro lado ha descubierto que esa proyección, ese acto de observación con un instrumento, modifica la realidad observada.

[Reality Sandwich]

Tomado de Pijamasurf

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Vídeo explicativo Sobre los 7 chakras.

Este viaje visionario dentro de su mundo interno representa una guía visual y narrativa verdaderamente espléndida en el tema esotérico de los Chakras. Los magníficos gráficos de computadora y el arte están excepcionalmente bien hechos, es un verdadero placer ver lo qué se revela ante nuestros ojos mientras que el espectador se sumerge en el mundo de la energía y el conocimiento que solamente era accesible a los previamente iniciados en el arte del yoga. La narrativa es una guía comprensiva para entender los Chakras, su propósito y efecto. Los efectos sonoros y la música del fondo son hipnóticamente poderosos, sumando gran alcance a la narrativa que brinda un espectáculo visual. Este DVD tiene solamente 28 minutos de largo pero no es para dejarlo pasar por su duración corta, es un vídeo que vale la pena tener. ¡Nunca he visto antes algo similar, te ayuda a aprender relajándote y poniéndote en trance, esos 28 minutos son verdaderamente espléndidos! Usted obtiene una completa comprensión de los chakras y de cómo trabajan, así como también de los efectos de cómo actúan las energías planetarias y universales trabajando en armonía con el cuerpo y todo alrededor suyo.

proporcionado Por Vida Plena vidaplena.net

Fuente  Gabrielacolores

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Ratas muestran a científicos que la empatía podría ser una emoción universal que conduce la evolución. ¿Podemos sentir lo que siente el otro porque en realidad somos él?

Hay una cierta justica poética, que evoca los mundos decadentes pero eminentemente empáticos de Phillip K. Dick, en que los científicos de nuestra época hayan descubierto que la empatía es una emoción universal estudiando a las ratas –puesto que, aunque sea un claro prejuicio, asociamos lo ruin de la existencia con estos roedores. Y la empatía es quizás la emoción más sublime que conocemos (una forma cuantificable y estrictamente biológica de lo que llamamos amor, que no necesita de categorías metafísicas) –pero no por ello algo fuera de lo común, algo que trascienda a las ratas.

Un grupo de investigadores de la Universidad de Chicago colocó a parejas de ratas en una jaula de cristal. Una de las ratas podía  andar libremente mietras que la otra estaba restringida a un estrecho tubo de plástico que sólo podía abrirse desde fuera. Reiteradamente, sin recibir una recompensa, la rata afuera del tubo de plástico liberó a su compañera encerrada.

“Las ratas se ayudan entre sí cuando están sufriendo. Esto significa que es una herencia biológica”, dijo la neurobióloga Peggy Mason. “Este es el programa biológico que tenemos”. El estudio sugiere que es al menos plausible que las ratas, así como la mayoría de los animales, tengan “un comportamiento pro-social motivado por la empatía”.

El experimento fue la continuación de uno anterior realizado por Jeff Mogil de la Universidad McGill en el que se demostró que los ratones tenían la capacidad de un”contagio emocional” –algo que describe la tendencia entre los ratones a mostrar su molestia cuando uno de sus compañeros de celda padecía dolor.

El etiólogo Frans de Waal en esa ocasión justificó usar el término empatía –el cual debemos llamar no sólo la capacidad de ponerse en los zápatos de los demás, sino también en las “patas” de los demás. Tal vez la empatía no es, como se creía, un proceso cognitivo de alta sofisticación evolutiva, sino un fenómeno simple y universal, “tan viejo al menos como los mamíferos y corre profundamente dentro de nosotros”.

Ampliando esta posibilidad, al mismo tiemnpo el neurobiólogo Inbal Ben-Ami Bartal estaba haciendo una investigación con cáncer en Israel, cuando notó que las ratas en su laboratorio manifestaban una inconformidad cuando se estaba realizando cirugía a otras ratas. A esto se le añade el hecho de que algunas ratas llevan comida a otra rata cuando ésta está atrapada.

El estudio mencionado de la Universidad de Chicago contempló numerosas variables. Cuando se utilizaron ratas falsas en el tubo de plástico las ratas no las liberaron; para descubirir si las ratas no estaban respondiendo a una recompensa social –su versión de un abrazo de gratitud– las ratas fueron liberadas pero en una jaula separada: de todas formas las ratas siguieron liberándose. Cuando se les permitió comer chocolate antes, las ratas tendieron a liberar a sus compañeros antes y luego y comer y compartir el chocolate. “La empatía es una motivación poderosa, a la par con el deseo de chocolate”, dice de Waal. Valdría la pena ver si lo mismo ocurre con los humanos, ¡conozco algunos que pierden la cabeza con el chocolate!

Es interesante regresar a Phillip K. Dick y explicar por qué consideró significativo incluir a este escritor de ciencia ficción estadounidense en este artíuclo sobre la empatía y las ratas. Por un lado Dick consideraba que la divinidad o aquellos principios y diseños eternos de nuestro universo se revelaban en los rescoldos más inesperados y desperrcibidos, en la basura y en el arrabal, ahí, quien tuviera ojos para ver, podía percibir la inmanencia divina del universo. Ciertamente hay una gran distancia entre la empatía de las ratas y la prueba de la existencia de la divinidad, sin embargo, que exista esta solidaridad y esta capacidad de ponerse en el lugar del otro, casi nos habla de un sacrificio programado en el código, una especie de sacralidad profunda o “un ángel en la biología”. Y esto es altamente esperanzador –justamente como aquellas muestras de empatía en el hombre promedio sacudido por la distopia y la decadencia cósmica que aparecen en las novelas de Dick como una luz en los ojos al enfrentar un agujero negro.

“Lo que nos hace humanos es nuestra habilidad para sentir empatía por otras criaturas vivas”, escribió con máxima honestidad Phillip K. Dick. Constantemente preguntándose cuál es la naturaleza de la realidad, y para ello diseñando mundos alternativos verosímiles en los cuales poder plasmar esta interrogante hasta su última consecuencia, Dick, extendiendo al ser humano a situaciones de otredad cósmica y de desintegración de su estructura fundamental, siempre mantuvo una esencia definitiva de lo humano en su peripecia: la empatía. Afrontando invasiones extraterrestres, dictadores holográficos, vampiros interplanetarios, drogas psicoactivas que modifican la sustancia de lo real y androides y robots que nos ponen en entredicho ontológicamente: la empatía era la única cualidad que nos podía salvar en esta vorágine implacable (y alucinatoria en niveles de algunos niveles de conciencia) que es la evolución del universo/la relación feroz entre especies que buscan perpetuarse.

La empatía como salvaguarda biológica tiene un claro sentido evolutivo dentro de una especie. “Mamíferos que necesitan cuidado y nutrición cuando nacen requieren algún tipo de conexión empática entre madre y crías, dice Bartal. Los científicos creen que la empatía podría estar localizada en el sistema límbico y en varias hormonas y neurotransmisores comunes a todos los mamíferos (aunque es posible que la empatía incluya a otros animales e incluso a las plantas).

El año pasado publicamos en Pijama Surf un ensayo en 10 partes en el que Aeolus Kephas explora la relación entre la empatía, la individuación, la telepatía y la literatura. Kephas esboza una interesante teoría para explicar la telepatía como una forma de empatía a través de la neuronas espejo. Existen en el neurocórtex neuronas que se activan de manera imitativa cuando observamos a otro ser vivo realizar una actividad –así el ejemplo seminal de un mono que, al ver a un hombre comer un cacahuate, activa en su cerebro neuronas como si él mismo estuviera comiéndose ese cacahuate. Ponernos en el lugar de otro parece ser una de las capacidades fundamentales del cerebro animal, para aprender y  para proteger.

Aquellos ratones que se contagiaban emocionalmente del sufrimiento de otros ratones, o aquellas ratas que se perturbaban cuando otra rata era operada quizás apunten a la existencia a una red sensorial transpersonal entre todos los seres vivos. Curiosamente en el hombre aquello que lo hace más humano yace en la profundidad animal y más primitiva de su neurobiología –si bien ahora tiene la capacidad de hacerlo consciente.  En este sentido quizás la evolución humana necesite de un retorno a una esencia biológica prístina –aprender más del perro y de la rata que de la computadora y el bot. Y esto explica porque en medio de las distopias tecnológicas, en la obra de Phillip K. Dick, como en la actualidad mundial que experimentamos, hay una añoranza por regresar a la naturaleza –quizás no tanto a los bosques y jardines que vemos desplazadas sino a las áreas verdes de nuestra propia psique que se van también desplazando hacia profundidades neurales dormidas e inertes. 

Aislados del mundo, desde siempre al construir la ilusión liminal de nuestro ego, pero ahora también por redes de interconexión tecnológica que en ocasiones desarticulan la conexión humana inmediata, quizás sólo desarrollar nuestra empatía pueda conectarnos verdaderamente con el mundo y con nosotros mismos –en ese espejo sin fronteras. Escribe Kephas:

…la empatía nos remite constantemente al momento, de regreso a un estado de “empatía”, un estado de “empatía”, receptividad y claridad en el que respondemos no solo a lo que la persona dice sino a lo que es. La empatía es la forma más alta de respeto, ya que permite al otro ser un otro y también nos permite experimentar el estado cerebral (sufrimiento, confusión, etc.) como algo igualmente real y valido, como nuestro. La empatía no solo significa tomar en serio los sentimientos de los demás (eso esta más cerca de la simpatía y puede en ocasiones hacer más mal que bien al reforzar esos sentimientos). La empatía significa acceder a una base de datos más grande que la de los sentimientos, que son volubles y altamente subjetivos. La empatía es transpersonal. Se extiende más allá de lo meramente personal y al mismo tiempo incluye lo personal. Tener verdadera empatía por otra persona significa sintonizar no solo a esa persona sino a todas las personas que hemos visto en un estado similar o circunstancia en el pasado.

He ahí una teoría no sólo de la empatía como emoción universal, sino como emoción que nos permite acceder a lo universal. La empatía podría ser tal vez una especie de puente cognitivo que, al colocarnos en el lugar del otro, nos muestra que somos intercambiables, que somos y participamos en los otros, que existe un cordón invisible que nos une con toda la existencia a través de la percepción sensorial. Y aquel que empatiza con alguien empatiza con todos, siente el sufrimiento, la alegría, la angustia de todos los eones –y esa rata que liberó a otra rata en el labortaorio, nos liberó también a nosotros.

 [Wired]

Twitter del autor: alepholo

Tomado de Pijamasurf

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La mente colectiva y el campo unificado. Bianca Atwell con John Hagelin

John Hagelin es uno de los físicos cuánticos más comprometidos por la paz mundial. Trabaja en todo el mundo creando grupos de miles de meditadores entrenados para crear ondas de paz en el planeta, con un sistema que está dando que hablar en los entornos académicos y científicos. Utilizar la meditación trascendental en forma masiva para acabar con las guerras y la violencia en la Tierra.

Bianca Atwell le entrevista en la ciudad de Mexicali, en el entorno del VI Congreso Internacional de la Ciencia del Nuevo Paradigma en la Educación

En el siguiente vídeo, Bianca entrevista al físico cuántico e investigador del CERN (Gran Colisionador de Hadrones) John Hagelin, uno de los primeros científicos que ha aplicado activamente la teoría del campo unificado supersimétrico al bienestar de la humanidad.  Presidente de la Fundación David Lynch para una Educación Basada en la Conciencia de Paz Mundial, presidente del Instituto de Ciencia, Tecnología y Políticas Públicas de la Universidad Maharishi y director internacional de la Unión Global de Científicos por la Paz.

Una conversación en la que ambos sobrevuelan las dinámicas del Universo, las partículas “encantadas”, las supercuerdas y la influencia de la meditación trascendental en la conducta colectiva.

Es emocinante el momento en el que Bianca le pregunta por el gran cambio que se está llevando a cabo en la humanidad. Un mensaje maravilloso de esperanza global…

e esperanza global…

Fuentes:  http://www.biancaatwell.com  Lanzarotecanarias

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Tomado de Medicina Cuantica

¿Qué nos quiere decir el Sol con tanta actividad que llega al planeta cada vez con más intensidad?

Todos los periódicos de los últimos dos días recogen la noticia sobre las tormentas solares y los efectos que la última tormenta ha provocado en el planeta.

Sin ir más lejos el ABC de hoy, 26 de enero resalta: “Tal como estaba previsto, una densa nube de materia solar golpeó ayer a la Tierra, alcanzó su máxima intensidad hacia las tres de la tarde (hora española) e hizo notar sus efectos en una buena parte del mundo, especialmente en el hemisferio norte. Varios vuelos que debían sobrevolar el Ártico fueron desviados para evitar el exceso de radiación.”

Tras entrar en la página de la NASA, http://solarstormwarning.com, entiendo que el ABC se atreva a publicar en tono catastrofista la noticia ya que sin ir más lejos la NASA no se corta y sacude a los internautas que entran en dicha web con mensajes llamativos, a lo cartel-neón con el “Breaking News” incluido, las últimas novedades respecto a las tormentas del Sol con avisos reiterativos de alarma sobre qué hacer si de hecho nos sobreviene la tormenta solar de nuestras vidas(¿)

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Quizá sea arrogante pero no me parece que ninguno de estos mensajes sea apropiado o responsable. En cuanto a la NASA, más allá de cubrir el culo asegurando butacas de los responsables en su papel de informadores y vigilantes de los cielos, parece lógico que nos digan sencillamente datos –información precisa- de las actividades solares registradas minuto a minuto. Pero hasta ahí.

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Foto perteneciente al video del artículo de las Tormentas Solares del ABC, 26 de enero, 2012. Me parece ridículo eso de que “el sol nos ataca”. (?) ¿Nos hemos vuelto todos locos?  Según veo ahora, han debido de eliminar esta foto pues no debo de ser yo la única que se queja de semejante mamarrachada.

El sol es lo más cercano al corazón del sistema. Es de hecho al astro que chuta la energía y la distribuye, alimentando toda la red del sistema tal como el corazón genera y manda sangre a las arterias que recibe de vuelta a través de las venas. Este movimiento circular y retro-alimentario, es el mismo en el Sol solo que en lugar de enviar y recibir sangre, envía y recibe energía. Funciona como un gran bucle, el transformador que gobierna la actividad energética del sistema solar.  Ahora el flujo energético del Sol al planeta es altísimo.

Y lo verdaderamente interesante es empezar a tomar consciencia de los efectos que produce este grandioso y espectacular despliegue solar. ¿Por qué se está produciendo esta actividad y qué incidencia tiene en todos nosotros?  ¿Qué quiere decir esto y qué efecto tiene en el organismo?

EL SOL, EL CORAZÓN DEL SISTEMA SOLAR

corazongalaxias

“Una cosa es cierta, que nuestro sistema solar es una interacción asombrosa de energía y fuerzas; ¿Cómo podría ser que un cuerpo tan inmenso de materia circular y orbitar, mantuviese patrones de conducta cíclica, a no ser que hubiera alguna organización de fuerzas? Nuestros propios cuerpos son instrumentos extraordinarios y aunque tenemos capacidad intelectual con habilidad para razonar y comprender, la estructura básica del cuerpo está organizada sin interferencia intelectual por parte nuestra. Hay una inteligencia comandando o dirigiendo la estructura y los trabajos del cuerpo; una estructura que está enraizada, nos dicen los científicos, en el ADN. Dentro del cuerpo, la energía se organiza para realizar funciones específicas tales como  aquellas que comandan los órganos principales: el cerebro, el corazón, hígado, páncreas, colon y demás. Todos estos órganos juntos forman estructuras que apoyan una forma más inteligente -la conciencia humana-. Y así no hace falta ser un científico (de la nasa?) para darse cuenta que el sistema solar opera como una unidad. Sabemos por ejemplo, que los planetas mantienen órbitas estables alrededor del sol y sencillamente no podrían hacer esto sin su presencia. Los astrónomos pueden explicar las fuerzas más importantes que mantienen el equilibrio –fuerzas opuestas que atraen a los planetas al sol y al mismo tiempo les previenen de chocar violentamente contra él. Pero de cualquier forma que lo consideremos, el sistema solar es una única estructura física que tiene, como nuestros cuerpos, una inteligencia innata”.  Andrew Marshall (Consultar fuentes de Scrib citadas abajo).

En una de las página de la petrolera BP donde se explica el funcionamiento solar, se lee “La energía del sol es capturada y convertida en electricidad para el consumo diario en una célula solar –el corazón del sistema eléctrico solar”.

AL ser de una naturaleza energética ambos, -los astros y el ser humano- no hay fronteras divisorias –excepto un escudo del que hablaremos a continuación- entre unos y otros y no creo incluso que haya un mecanismo distinto al ejercicio propio de la polaridad que se da entre fuerzas unidas mediante un sistema de atracción perfecto y preciso, como es el nuestro. Es decir, posiblemente afectamos – como planeta- al Sol tanto como el Sol nos afecta a nosotros mediante una conexión continua y holista -a todos los niveles-. Y lo que sabemos es que el Sol ahora mismo está enviando grandísimas cantidades de energía –fotones- al sistema solar; una sobre carga parecida a la actividad del corazón cuando bombea a un ritmo mucho más alto que el habitual creando los consabidos efectos sobre la salud, como la hipertensión.

ACTIVIDAD DEL SOL

El Sol es una estrella activa.  Apoya un campo magnético cambiante que varía cada año y cambia de dirección cada 11 años. El campo magnético del Sol crea muchos efectos conocidos como la actividad solar. Aquí se incluyen las manchas solares de la corteza del Sol, las llamaradas y las variaciones en los vientos solares que portan materiales a través del sistema solar.  Siendo la estrella más cercana a la Tierra y habiendo sido intensamente estudiada por científicos, seguimos con muchísimas preguntas que no tienen respuesta.

Tierra-magnetica

El centro o núcleo es el unico lugar del Sol que produce una cantidad apreciable de calor a través de la fusión: el resto de la estrella se calienta por la energía que se transfiere desde el núcleo. Toda la energía producida por fusión en el nucleo debe viajar a través de capas sucesivas a la fotosfera solar antes de escapar al espacio como partículas kinéticas o rayos de sol.

Cuando observamos el Sol bajo una filtración correcta, los aspectos más inmediatamente visibles son normalmente las manchas solares, el área bien definida de la superficie donde aparecen manchas más oscuras debido a las bajas temperaturas. Las manchas solares son regiones de actividad magnética intensa que reducen el transporte de la energía desde el calor extremo del interior a la superficie. Los campos magnéticos crean un calentamiento en la corona, formando regiones activas que son la causa de las llamaradas intensas solares y las expulsiones masivas de la corona. Las manchas más grandes pueden tener una extensión de hasta decenas de miles de kilómetros.

El número de manchas solares en el Sol no es constante, pues varía en el ciclo de 10 a 12 años llamado ciclo solar. Con una actividad mínima, hay pocas manchas visibles, o incluso ninguna. Las que aparecen son perceptibles solo a latitudes altas. En la medida que el ciclo solar progresa, se incrementan las manchas solares y se mueven más cerca del ecuador del sol, un fenómeno descrito como la Ley Spörer. Las manchas normalmente existen como pares con polaridades magnéticas opuestas. La polaridad de las manchas solares más grandes se alternan en cada ciclo solar resultando en un polo norte magnético un ciclo y un polo sur al ciclo siguiente.

focusitaly_singularityouttake1_thumb El ciclo solar tiene una gran influencia en el tiempo espacial y parece tener una fuerte influencia en el clima del planeta. Los ciclos mínimos solares se corresponden con las temperaturas bajas y los ciclos solares más largos se correlacionan con un tiempo más caluroso.

LA PROTECCIÓN TERRESTRE

La actividad solar tiene varios efectos en el Tierra y su entorno. Como la Tierra tiene un campo magnético, las partículas cargadas procedentes del viento solar no pueden impactar la atmósfera directamente sino que son reflectadas por el campo magnético para formar el cinturón de Van Allen. Este cinturón consiste a su vez en un cinturón interior compuesto principalmente de protones y uno exterior compuesto principalmente de electrones. La radiación dentro de los cinturones Van Allen han causado ocasionalmente daños a los satélites Los cintutones de Van Allen forman arcos alrededor de la Tierra teniendo sus picos cerca del polo norte y sur. Las partículas mas energéticas pueden colarse y entrar en la atmósfera terrestre causando las famosas auroras llamadas aurorae borealis en el hemisferio norte y australis en el Sur.

LA NATURALEZA ELÉCTRICA DEL CORAZÓN


“El corazón genera el más poderoso y más extenso campo eléctrico del cuerpo. Comparado con el producido por el cerebro, el componente eléctrico del campo del corazón es algo así como 60 veces más grande en amplitud, y penetra a cada célula del cuerpo. El componente magnético es aproximadamente 5000 veces más fuerte que el campo magnético del cerebro y puede ser detectado a varios pies de distancia del cuerpo con magnetómetros sensibles. El corazón genera series continuas de pulsos electromagnéticos en los cuales el intervalo de tiempo entre cada latido varia de forma dinámica y compleja.

Nosotros proponemos que el campo del corazón actúa como una onda de información que provee una señal global sincronizadora para todo el cuerpo. Específicamente, sugerimos que así como lo que son, ondas de energía transmitidas desde nuestro corazón, estas interactuarían con otros órganos y sistemas. Estas ondas codifican o graban las características y las actividades dinámicas de estos sistemas en forma de olas de patrones de energía que se distribuyen a lo largo del cuerpo. De esta manera, la información codificada actúa para formar (literalmente le da forma) a la actividad de todas las funciones corporales para coordinar y sincronizar los procesos en el cuerpo como un todo. Esta perspectiva requiere de un concepto de información energética, en el cual los patrones de organización son envueltos dentro de olas de energía de actividad sistemática distribuidas a través del sistema como un todo”. Instituto HeartMath

CONSECUENCIAS DE HIPERTENSIÓN ELECTRICA

Si las tormentas solares aumentan proporcionalmente y llegan a la escala X9, la máxima establecida, posiblemente habrá una sobrecarga eléctrica que desestabilice las comunicaciones y la mayoría de aparatos eléctricos.  Podríamos considerar que esta sobre carga, o hipertensión eléctrica, afectaría o castigaría de un modo mucho más notable al llamado primer mundo, mientras que los países pertenecientes al tercer orden -o peyorativamente llamados por todos nosotros los países “subdesarrollados”- no se verían muy afectados por la sobre descarga.  3856417596_599fa04b3d Y quizá de nuevo nos veríamos enfrentados a otro ejemplo de cambio de ejes: donde lo que está arriba baja y lo más bajo sube.  Y quizá y de ser así, sería un ajuste que la naturaleza se encargaría de realizar para mantener el equilibrio de los polos.

En cualquier caso, el efecto más notable atañe a los sistemas eléctricos aunque uno pueda -o deba- hacer la equivalencia al sistema eléctrico del cuerpo humano y así confrontarnos con nuestro propio sistema nervioso.  Y quizá de nuevo sea por eso, que ahora incluso la NASA pida que ante todo haya mucha, mucha calma.  Cuando hay estrés en el organismo, ya se sabe que el mejor remedio es la calma y la tranquilidad.  Sin embargo admito que detesto los mensajes catastrofistas, ya que están muy lejos de la solución del problema; lejos de resolver, de proporcionar la elección de la mejor alternativa posible -de entre infinitas posibilidades-, generan miedo y le dejan a uno el cuerpo asfixiado, bloqueado,  paralizado, indefenso, con la mira en la proyección -la victimización- y por tanto, ¿Culpando ahora al SOL porque nos ataca? (???)

Entre el miedo que los responsables de menear los mercados financieros se aseguran de meternos en el cuerpo diariamente y ahora la despiadada activida solar, vamos que nos lo hemos montado pasón de bien.

Hagamos una profunda reflexión.  Comienzo yo.  En concreto, para mi el Sol es lo más cercano a Dios pues con seguridad es lo que da vida y eso es ¡mucho! o más bien TODO. Es además la luz y por tanto la Conciencia. Comprendí hace tiempo que si no podía entender más la naturaleza del SOL, sería imposible ni ligeramente atisbar a comprender precisamente algo tan ininteligible o indescifrable como es la naturaleza divina y así desde hace tiempo centro mi atención en el astro que veo todos los días traer vida y luz al planeta.  Las reflexiones que me inspira la tremenda actividad solar me han de forzar a descubrir precisamente el brillo que aporta esta situación.  A fin de cuantas, ¿cuántas veces le he dado la razón a Emilio Duró cuando dice eso de que somos muy jovencitos como especie y mucho más negativos de lo que cada uno nos pensamos?  ¿Porqué nos quedamos a nivel generalizado con la idea catastrofista y calamitosa de este evento?  ¿No es verdad que el Sol está mandando muchos más fotones -luz- al planeta? Esto no es pseudocientífico sino datos puros y duros.  ScreenHunter_96 Jan. 26 14.07 Aunque es verdad que yo traslado el concepto de luz a la Conciencia y así ¿No habrán efectos maravillosos y necesarios de ese aporte de luz al planeta?  ¿Porque hemos de pensar tan mal -de ser posible en el peor escenario- ante cualquier evento, sea a gran escala o algo insignificante que pasa a diario?  ¿Tan pequeños nos sentimos que todo nos asusta?  SI hay una inteligencia innata en el Sol conforme se argumenta al inicio, ¿no habrá al mismo tiempo una necesidad imperiosa de que esto tenga que pasar tal cual pasa? Por otro lado no tiene mucho sentido asumir que los seres humanos estemos dotados de inteligencia pero aquello que nos da vida, no.  Es un sin sentido, sin más. Así siendo el Sol más que una masa física, es decir, de naturaleza energética cargada de Conciencia -¡es la fuente productora de fotones!-, un cambio ligerísimo, remotísimo de cualquier variable en cualquier momento imposibilitaría la vida porque somos muy dependientes de las condiciones ambientales…No hace falta que produzca cantidades masivamente indigestas de fotones y las lance “contra nosotros” a través de las tormentas solares.  Variando minimísimamente su composición de oxígeno, hidrógeno, o helio, desapareceríamos de un plumazo, mucho antes de cantar el gallo.  En definitiva, ¿Porque no andamos buscando la parte positiva de todo esto en lugar de asumir el miedo colectivo?

En fin, me quedo con esto último para ver si me inspiro algo más y tengo la suerte de que me llegue alguna chispita celestial que bien agradecería.

FUENTES CONSULTADAS

El ABC

Storming Warning

Tormenta Solar, Wikipedia

Texas Heart Org

The Sun, the Head or the Head of the Solar System

Astronoo

Universe-Galaxy-Stars

Wingmakers

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LA PARTÍCULA DE DIOS – Y despues ¿Qué?

“He hablado con Dios, y él nos ha abandonado“

Es lo unico de esta entrada en lo que no creo: Eso nunca ocurrio.

Físicos se acercan cada vez más a la 'partícula de Dios'
En 1983, un equipo de científicos profundamente piadoso llevó a cabo un experimento radical en un centro de investigaciones no revelado. Los científicos habían teorizado que un ser humano sin acceso a los sentidos o formas de percibir los estímulos sería capaz de percibir la presencia de Dios.
 
Creían que los cinco sentidos habían nublado nuestra conciencia de la eternidad, y sin ellos, un ser humano realmente puede establecer contacto con Dios a través del pensamiento. Un anciano que dijo no tener “nada por qué vivir” fue el sujeto de la prueba como voluntario. Para purgar todos sus sentidos, los científicos realizaron una operación compleja en la que se cortaron todas las conexiones de los nervios sensoriales hasta el cerebro mediante cirugía. Aunque el sujeto mantenía la función muscular completa, no podía ver, oír, saborear, oler, o sentir. No tenía la posibilidad de comunicarse ni de percibir el mundo exterior, quedó solo con sus pensamientos.
 
Los científicos le monitoreaban mientras hablaba en voz alta sobre su estado de ánimo tan mezclado, arrastraba las palabras y pronunciaba frases que ni siquiera se podían entender. Después de cuatro días, el hombre dijo que podía “escuchar” voces ininteligibles dentro de su cabeza. Suponiendo que se trataba del inicio de la psicosis, los científicos prestaron poca atención a las preocupaciones del hombre.
 
 
Dos días después, el hombre gritó que podía escuchar a su esposa muerta hablar con él, y aún más, podía comunicarse de nuevo. Los científicos estaban intrigados, pero no estaban convencidos hasta que el sujeto comenzó a nombrar los parientes muertos de los científicos. Repitió la información personal de los científicos que sólo sus cónyuges y los padres muertos habrían sabido. En este punto, una parte considerable de los científicos abandonaron el estudio.
 
Después de una semana de conversar con las personas fallecidas a través de sus pensamientos, el tema se convirtió en angustia, diciendo que las voces eran abrumadoras. En cada momento, su conciencia fue bombardeada por cientos de voces que se negaban a dejarlo solo. Con frecuencia se lanzaba contra la pared, tratando de provocar una respuesta al dolor. Le rogó a los científicos por sedantes, para poder escapar de las voces y dormir. Esta táctica funcionó durante tres días, hasta que comenzó a tener graves pesadillas. En repetidas ocasiones dijo que él podía ver y oír a los muertos en sus sueños.
 
Sólo un día después, el sujeto comenzó a gritar y a desgarrar su ojos no funcionales, con la esperanza de sentir algo en el mundo físico. El sujeto histérico ahora decía que las voces de los muertos eran ensordecedoras y hostiles, hablando del infierno y el fin del mundo. En un momento dado, le gritaron “No hay cielo, no hay perdón” por cinco horas seguidas. Continuamente rogó que lo matasen, pero los científicos estaban convencidos de que él estaba a punto de establecer contacto con Dios.
 
Después de otro día, ya no podía formar frases coherentes. Al parecer loco, empezó a morder pedazos de carne de su brazo. Los científicos se precipitaron en la cámara de prueba y le contuvieron en una mesa para que no pudiera quitarse la vida. Después de unas horas de estar atado, el sujeto detuvo su lucha y cesó los gritos. Se quedó mirando al techo en silencio mientras las lagrimas cruzaban su rostro. Durante dos semanas tuvo que ser rehidratado manualmente debido al llanto constante. Con el tiempo, volvió la cabeza y, a pesar de su ceguera, se puso en contacto con los ojos enfocados a un científico por primera vez en el estudio.
 
-Le susurró “He hablado con Dios, y él nos ha abandonado“, mientras sus signos vitales desaparecían. No hubo causa aparente de la muerte.
 
REVISTA H XTREMO DICIEMBRE 2011
VÍA MARCIANOS.COM.MX

Físicos se acercan cada vez más a la ‘partícula de Dios’

Investigadores del Gran Colisionador de Hadrones (LCH, por sus siglas en inglés) afirman haber encontrado rastros de la existencia del bosón de Higgs, una de las obsesiones de la física de partículas, por lo que llamada «la partícula de Dios».

Los físicos realizan experimentos con los detectores CMS y ATLAS del colisionador y lograron no sólo acercarse a medir la probable masa del bosón de Higgs, sino incluso encontrar algunas huellas de la esquiva partícula, informaron en una sesión del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN).

La sesión fue transmitida en tiempo real vía internet y en ella intervino Fabiola Gianotti, la representante de la colaboración internacional que trabaja con el detector ATLAS. La científica informó que con base en el análisis de los datos recibidos, los físicos pueden afirmar que el bosón de Higgs sí existe y su masa es de entre 115,5 y 131 gigaelegtrón voltios, esto con una precisión del 95 %.

Además, lograron encontrar una cierta “señal” que indicaría la existencia de un bosón de Higgs con masa de 126 gigaelegtrón voltios. Sin embargo, reconocieron que el valor estadístico de esta no es suficiente para afirmar que se trate de un bosón. Se espera que en el año 2012, con el aumento de la intensidad de las colisiones se pueda encontrar el bosón o comprobar que este no existe.

A su vez, Guido Tonelli, el representante de la colaboración del detector CMS, informó que su equipo logró detectar las huellas del bosón alrededor del valor de 125 gigaelectrón voltios. Excluyó masas superiores de 127 gigaelegtrón voltios, con un rango de precisión también del  95%. El científico subrayó que las conclusiones presentadas son preliminares y solo el resultado de un rápido análisis de datos recogidos en el 2011.

El bosón de Higgs es una partícula elemental hipotética masiva cuya existencia es predicha por el Modelo Estándar de la física de partículas y explicaría el origen de la masa de otras partículas elementales. El Modelo es una teoría compleja que establece una serie de ecuaciones matemáticas que predicen la existencia de un gran número de partículas subatómicas con distintas características y las interacciones entre ellas: analizando las ecuaciones puede concluirse qué partículas existen y cuáles no, y cómo son las que existen.

Sin embargo, la teoría no predice la masa exacta de esta partícula clave para saber la estructura del universo. Su búsqueda, o la comprobación de su inexistencia es una de las obsesiones principales de los experimentos en el LHC.

 Tomado de  despierta imbécil!   y  RT – Noticias internacionales

http://actualidad.rt.com/ciencia_y_tecnica/inventos/issue_33591.html

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La consciencia como propiedad fundamental del universo, y no como un producto de la materia, podría no tener localidad sino estar diseminada en todas las cosas como una red que in-forma la totalidad del cosmos.

“Dios no permanece petrificado y muerto;

Las piedras mismas gritan y se elevan al Espíritu”.

Hegel.

Con el triunfo del empirismo científico a fines del siglo XVII, fundamentado en la observación y experimentación sobre el mundo sensible, el materialismo como filosofía pasó a convertirse en el inamovible, inapelable e incluso inconsciente paradigma de realidad de Occidente durante los últimos 400 años. El principio básico de esta filosofía se formula en el axioma que sigue: “La materia es todo lo existe”. Desde entonces, el universo pasó de ser un organismo cósmico, como lo consideraban los antiguos, a ser visto como materia inanimada en movimiento, sujeta a los ciegos condicionamientos del azar y a la Segunda Ley de la Termodinámica: la entropía, la cual establece que todos las cosas tienden al desequilibro y que el desorden cósmico es cada vez mayor.

Con el descubrimiento de Einstein acerca de la equivalencia entre masa y energía, formulado en la famosa ecuación E=mc², y el nacimiento de la teoría cuántica, el materialismo se ha visto obligado a abandonar su soporte sensible de átomos que chocan entre sí como fundamento último de todas las cosas para pasar a una imagen del universo formada por una aparentemente infinita cantidad de energía en distintos estados, una nube cuántica de probabilidades. Sin embargo, el principio subyacente de la ciencia ha cambiado muy poco: “La energía inanimada en movimiento es todo lo que existe”.

Esta filosofía ha dejado a la consciencia (y con ella, todo el sentido de la condición humana) reducida a mero epifenómeno de los ciegos procesos de la energía que conforma todo lo que existe, accidente azaroso e insignificante en el inmenso sinsentido cósmico. Desde su triunfo hace 400 años, el método científico ha tratado de dar respuesta a sencillas preguntas —como “¿dónde se encuentran nuestros recuerdos?”— buscando pistas en los procesos fisiológicos neuronales, químicos y más recientemente cuánticos de la estructura energética que conforma el cerebro. Esta búsqueda se ha basado en el supuesto de que existirían “huellas mnémicas”, materiales almacenados de alguna forma en el sistema nervioso, dependientes de las uniones entre las células neuronales (las llamadas sinapsis). 

Los neurocientíficos han intentado durante décadas encontrar estas huellas mnémicas en el cerebro sin éxito.  Los experimentos de Kart Lashley, basados en entrenar animales para que aprendan trucos y luego remover partes de sus cerebros para ver en donde se almacena el aprendizaje, demostraron para su asombro que podía retirarse hasta el 60 por ciento del cerebro –cualquier 60%– sin que hubiera efecto alguno en la retención de este aprendizaje. Como señaló B. Boyscott, manifestando la perplejidad de los buscadores de huellas mnémicas: “la memoria parece estar en todas partes y en ninguna en particular”.

Hoy en día sabemos que las células cerebrales, todas las sustancias químicas en las sinapsis y las estructuras nerviosas y moleculares que conforman el cerebro, funcionan mucho más rápidamente de lo que antes se pensaba, cambiando constantemente, lo que hace al cerebro un soporte muy inestable como almacén de memoria. Hoy sabemos también que todas las células de nuestro cuerpo están naciendo y muriendo en una constante renovación orgánica. Recientes estudios han demostrado que incluso las células cerebrales, consideradas hasta hace poco elementos perpetuos del organismo, se renuevan periódicamente.

En su fascinante libro El Renacimiento de la Naturaleza, el biólogo que va a contracorriente, Rupert Sheldrake, sugiere a esto una respuesta tan revolucionaria como sencilla: “Tal vez exista una razón ridículamente simple para todos estos fracasos recurrentes: es posible que las huellas mnémicas no existan. Por el mismo motivo podría verse condenada al fracaso una búsqueda dentro del televisor de huellas de los programas que uno haya visto la semana pasada: el aparato sintoniza transmisiones, pero no las almacena. Volvamos a pensar en la analogía del televisor: el daño en algunas partes del circuito puede ocasionar la pérdida o la distorsión de la imagen; el daño en otras partes puede determinar que el aparato pierda la capacidad de producir sonido; un fallo en los circuitos de sintonía puede impedir que se reciban uno o más canales. Pero esto no demuestra que las imágenes, los sonidos y los programas completos estén almacenados en los componentes dañados” (Sheldrake, 1994).

Esta analogía propuesta por Sheldrake puede ser enormemente reveladora: “Imagínese que está viendo un programa televisivo por primera vez, sin tener ni idea de lo que es la televisión. Desde un punto de vista más primitivo, podría creer que realmente hay unos seres pequeños en el aparato. Al inspeccionarlo, rápidamente descartaría esa explicación, excesivamente simplista. Se daría cuenta de que había un montón de cosas dentro del televisor. Educados como estamos sobre las maravillas de la ciencia, probablemente decidiríamos que el equipo que hay en el interior del aparato es el que creó la imagen y el sonido. Al ir dando vueltas al mando y obtener diferentes imágenes y sonidos, nos iríamos convenciendo de que esta es la explicación. Si retiráramos un tubo del aparato y la imagen desapareciera, probablemente creeríamos que habíamos demostrado nuestra teoría de manera convincente. Supongamos que alguien nos dijera lo que realmente ocurre: que los sonidos y las imágenes provienen de un lugar lejano, son transportados por ondas invisibles que de alguna manera se pueden crear en ese lugar lejano, son captadas por nuestro televisor y transformadas en imágenes y sonidos. Probablemente esta explicación nos parecería ridícula. Como mínimo, parecería desobedecer la ley de la navaja de Occam; es decir, es mucho más sencillo creer que las imágenes y sonidos son creados por el televisor que imaginar unas ondas invisibles (Robertson, 2002). Sin embargo, es así como funciona.

Pero si la memoria no estuviera localizada en el cerebro, sino que este fuera más bien un órgano que la “sintoniza” o estructura como una especie de compleja antena receptora, entonces… ¿dónde estaría?

En 1964 John Bell demostró que, a nivel cuántico, todas las partículas del universo pueden comunicarse entre sí instantáneamente, sin mediar movimiento entre ellas o transferencia de energía de algún tipo. A estas conexiones Bell las denominó “no-locales”, ya que ocurren entre las partículas por fuera de cualquiera de las dimensiones de la física observables. Esto representaba un serio problema para Einstein, ya que la teoría de la Relatividad Especial, consistente y comprobada, postulaba que ninguna forma de energía podía moverse más rápidamente que la luz. Einstein negó la realidad de las conexiones no-locales a nivel cuántico, llamándolas sarcásticamente “acción fantasmagórica a distancia”. Sin embargo, reiterados experimentos posteriores probaron ineludiblemente que las conexiones no-locales eran una realidad fundamental del mundo cuántico. Por lo tanto las leyes que aplicaban a lo infinitamente grande (la relatividad) y a lo infinitamente pequeño (la física cuántica) parecían hallarse en contradicción. (más…)

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