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Posts Tagged ‘más allá de la física’

En un universo cuyo centro está en todas partes y su circunferencia en ninguna

De manera sorprendente, la física y las tradiciones místicas tienen la misma respuesta a la pregunta, ¿dónde está el centro del universo? Las implicaciones, sin embargo, podrían ser múltiples y disímiles.

    Turning and turning in the widening gyre
    The falcon cannot hear the falconer;
    Things fall apart; the centre cannot hold…

W.B. Yeats

Existe una tendencia posiblemente innata en el ser humano a buscar el centro –un eje que oriente o un seno que acoga– y sin embargo esa búsqueda parece ser ilusoria, ya que, según muestra la física moderna, el centro no existe. O si existe, está en todas partes, por lo cual en vano lo buscaríamos: estaríamos ya en (y seríamos) el centro ubicuo. 

La historia nos ha enseñado que la Tierra no es el centro del universo: gira alrededor del Sol que a su vez gira alrededor de la Vía Láctea que gira alrededor de un cúmulo de galaxias conocido como el Grupo Local que a su vez gira alrededor de otro cúmulo de galaxias… Aquí ya empezamos a probar el infinito en la elusividad de un centro.

Generalmente se cree que el universo surgió de una gran explosión o Big Bang, pero esta explosión no fue una explosión de materia en el vacío, fue la expansión del espacio mismo –que es indisociable del tiempo según la teoría de la relatividad de Einstein o como explica San Agustín “el primer segundo del tiempo coincide con el primer segundo de la Creación”. Esto significa que cada punto del universo parece estar en el centro.  Rose Pastore en el sitio Pop Sci explica:

Piensa en el universo como un globo vacío con puntos en él. Esos puntos representan los cúmulos de galaxias. Mientra el globo se infla, cada punto se aleja de cada otro punto. El espacio entre los cúmulos de galaxias se expande, como el resto del universo a un ritmo acelerado (pero la gravedad mantiene a los cúmulos galácticos del mismo tamaño).

El físico Edwin Hubble observó en 1929 que las galaxias se estaban expandiendo a un ritmo proporcional a la distancia que las separaba.  Esta expansión va, por  así decirlo, creando el espacio en el que se van alejando las galaxias, sin que exista un límite o un borde del universo. De nuevo Pop Sci:

En el principio, el universo era un solo punto. ¿Dónde estaba eso? Estaba, y está, en todas partes. Los científicos incluso tienen la prueba: La luz del Big Bang, en la forma de radiación cósmica, llena el cielo en todas direcciones.

Existen dos formas de leer este enunciado –que conecta en un círculo a la ciencia con la poesía. Desde una perspectiva mística podríamos suponer que el centro del universo está en todas partes porque Dios está en todas partes, parafraseando a Borges, “No le basta crear, es cada una de las criaturas de su extraño mundo”. Pero existe una posibilidad más desoladora: la ubicuidad del centro del universo es equivalente a la inexistencia de un centro,  de un surtidor y de un axis mundi del cual sujetarnos. Si cada punto y cada uno de nosotros es el centro del universo no existe sentido u orden más que el que nosotros proyectemos al espacio infinito  –que es siempre un eco de nuestra mente– y sólo queda el vértigo sin fundamento. Tal vez no se equivocaban aquellos humanistas que concibieron al hombre como el centro del mundo (aunque lo mismo hubieran acertado postulando al conejo que horada la Luna).

Esta difusión uniforme del Big Bang por todo el espacio, de tal forma que cada punto es el centro del universo –y en cierta forma su mismo origen, como un ubicuo omphalos– habilita un eterno retorno a una metáfora que históricamente el hombre ha utilizado para representar a Dios. Borges recoge la evolución de esta metáfora en su ensayo La esfera de Pascal: 

Fragmentos de esa biblioteca ilusoria, compilados o fraguados desde el siglo lll, forman lo que se llama el Corpus Hermeticum; en alguno de ellos, o en el Asclepio, que también se atribuyó a Trismegisto, el teólogo francés Alain de Lille -Alanus de Insulis- descubrió a fines del siglo Xll esta fórmula, que las edades venideras no olvidarían: “Dios es una esfera inteligible, cuyo centro está en todas partes y su circunferencia en ninguna”.

Este centro sin circunferencia tendría múltiples avatares, uno de los más ilustres en el filósofo y matemático francés Blaise Pascal:

“La naturaleza es una esfera infinita, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna.” Así publica Brunschvicg el texto, pero la edición crítica de Tourneur (París, 1941), que reproduce las tachaduras y vacilaciones del manuscrito, revela que Pascal empezó a escribir effroyable: “Una esfera espantosa, cuyo centro está en todas partes y la circunferencia en ninguna.”

Aquí observamos la profunda dualidad mental que genera un universo con un centro omnipresente. Lo mismo podemos ir del canto místico de la presencia perpetua de la divinidad al terror pesadillesco de un laberinto que se multiplica incesantemente: que se crea, en derredor nuestro, mientras avanzamos y de esta forma es perfectamente inescapable.

Si el centro del universo está en todas partes y “la luz del Big Bang” llena “el cielo en todas direcciones” es posible que la teoría de la Totalidad Implicada de David Bohm, con la que agrega a la historia de una metáfora –aquella de la esfera de Pascal– al holograma, no esté equivocada. Michael Talbot explica lo propuesto por Bohm en su libro El Universo Holográfico:

De la misma forma que toda porción de un holograma contiene la imagen de la totalidad, cada porción del universo contiene la totalidad. Esto significa que si supiéramos el medio de acceder, podríamos encontrar la galaxia de Andrómeda en la huella digital del dedo gordo de nuestra mano izquierda. Podríamos encontrar a Cleopatra conociendo a Julio Cesar por primera vez, ya que en un principio la totalidad del pasado y las impliaciones del futuro están contenidas en cada porción del espacio-tiempo. Cada célula de nuestro cuerpo contiene al cosmos entero.

Ver todo en cada parte, ver nuestro rostro reflejado en el espejo del cosmos (en el vacío partículas de Dios o innumerables budas girando en el polvo, como reza el koan)  puede ser la puerta intelectual a esa misma divinidad inherente. Aunque también existe la posibilidad de que  en un universo sin eje, sin centro que sujete y sustente la realidad, estemos constantemente alucinando aquello que nos rodea. El solipsismo ad infinitum: cada punto podría estar creando a todos los otros puntos. Cada átomo podría ser su propio universo.

Twitter del autor: alepholo

Fuente Pijamasurf

Video Omniverso Fractal Youtube

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La verdad oculta a la luz – Descifrando el universo en el siglo XXI

¿Que son realmente las dimensiones de las que tantas veces he hablado? ¿Qué significa la fórmula de Albert Einsten E = m*c^2? ¿Qué son los Chakras y los rayos divinos? ¿Qué es Dios?

Estas y muchas otras preguntas hallarán respuesta en este artículo de forma fácil de comprender por todos. Los iniciados sabrán que la verdad es una, los no iniciados, siempre hay una primera vez para ascender. Aparentemente, un tema metafísico, va a ser explicado con Físicas universales. Ha llegado el momento que el velo del colectivo mental caiga, pues se acerca una nueva era. Empecemos pues.

Arquímedes, un sabio genio de la antigua Grecia, descubrió la forma de medir el peso de un objeto mientras se daba un baño. Newton, comprendió el efecto de la gravedad, cuando una manzana le golpeó la cabeza, y ahora vosotros comprenderéis algo que ha pasado desapercibido por gran parte de la humanidad de la misma forma a estos dos grandes genios, mediante símiles de fácil comprensión. No entraré en mucho detalle en ningún tema, si os interesa hallaréis mucha documentación en Internet. Sólo voy a enlazar muchos temas y explicarlo con la mayor simplicidad que este gran enigma del universo me permite.

Imaginad un ventilador, recomiendo la observación directa de uno con varias velocidades. Cuando se halla en reposo, las aspas son sólidas. Cuando se pone en funcionamiento en la posición 1, ya no se aprecian las aspas, tan sólo una vibración. Cuando se acelera en las progresivas posiciones, desaparece la idea de sólido de la materia, y únicamente vemos vibraciones. Pues todo lo que veis en el mundo funciona de la misma forma que el ventilador. Átomos, moléculas, plantas, personas, planetas, estrellas, son vibraciones que nuestros ojos y mente se han acostumbrado a ver vibrar a una frecuencia y, por lo tanto,  lo ven sólido. Pero no es así, son como el ventilador en funcionamiento. Recomiendo unos minutos de meditación para vislumbrar esta verdad oculta. Porque esto no ha sido más que un esbozo de lo que viene a continuación. Donde la dificultad va creciendo.

Imaginad ahora, sería más conveniente coger uno y probarlo, un instrumento de cuerda, por ejemplo un guitarra o cualquier otro derivado. Ocho notas musicales. Do – re – mi –fa –sol – la – si – do. Todo vibra en octavas de 8 notas de menor a mayor intensidad. La materia física (3ª dimensión), la nombraremos como la primera octava. En la segunda octava, disponemos del plano Astral (4ª Dimensión o lugar de las emociones), en la tercera octava, el plano mental (5ª Dimensión o lugar de los pensamientos), en la posteriores Dimensiones y estados vibracionales aparecen los Rayos divinos (estado vibracional de las conciencias ascendidas, abarcando 7 grupos más de octavas en un total de 12, coincidiendo con 11 Dimensiones + 1 Dimensión de la fuente, donde cada dimensión tiene un subgrupo de 8 vibraciones) en lo que se llama una red cósmica, o la verdadera teoría de cuerdas, donde se produce la melodía universal. No he hablado de las dos dimensiones que corresponden a la primera Dimensión y la segunda Dimensión, lo que en el imaginario humano, se las conoce como el infierno o purgatorio de energías. Probablemente ahora os encontréis desconcertados. No pasa nada, aún se puede poner el tema más complejo. Así que paciencia.

Todo lo que habita en el universo, ya sea material o etéreo, se halla interconectado mediante estas vibraciones. Animales, plantas, seres, planetas, estrellas, átomos, en una especie de red “Wifi” global o sistema nube (Lo que en Informática se denomina Cloud Computing y que podemos encontrar en servicios como los ofrecidos por: DropBox, ICloud y otros servidores de internet de ficheros, que os pueden servir para comprender este concepto), con passwords para entrar en las vibraciones superiores. Estas ondas entran en contacto con todo mediante los llamados Chakras.

Para resumir, algo que me ocuparía mucho lugar, cogeré al ser humano como ejemplo, pero recordad que todo funciona igual. Lo explicado para el ser humano, sirve desde una planta, hasta una galaxia, por la conocida ley de semejanza. Lo mismo es abajo, que es arriba. El diseño humano dispone de 4 cuerpos principales. El físico, en la primera octava vibracional (sería la tercera si aplicamos la teoría de las dimensiones infra materiales, pero para simplificar conceptos diremos la primera aplicando la relatividad del observador), lo que Einstein llamó E, en su famosa ecuación de E = m* c ^2(si cogemos la masa de una partícula cuántica de luz tenemos la Energía del plano físico, o su vibración). El plano astral, donde ocurren los sentimientos y las emociones. Cada una con un distinto tipo de vibración. A saber, si cogemos de ejemplo la escala musical, en las vibraciones más bajas, disponemos de la Ira, odio, rencor. Y en las más elevadas, amor, amistad, altruismo. Todo son vibraciones de diferentes intensidades dentro de este plano. El cuerpo mental, también conocido como la mente, con diferentes estados racionales en función de la profundidad y la veracidad de los pensamientos. Pensar algo banal o simple, vibra en la cuerda más baja del plano mental. Meditar estas líneas con paz, toca el límite del plano mental y abre enlaces hacia los planos superiores de vibraciones cósmicas. Y por último hallamos el cuerpo espiritual o causal, que nos enlaza con los diferentes rayos Divinos, o las vibraciones más elevadas de la creación o el universo, según tu preferencia.

Los rayos, imaginad un arcoíris, y recordad lo que es arriba es igual abajo y viceversa. Cada rayo representa una parte de la conciencia de esto que luego definiremos como Dios, en la unión de todo lo antes descrito. Sin entrar en mucho detalle, el primer rayo representa voluntad o poder, el segundo, amor y sabiduría, el tercero, la inteligencia activa (muy necesaria para comprender estas líneas), el cuarto, la armonía, belleza y arte. El quinto conocimiento concreto o Ciencia. El sexto, devoción o idealismo abstracto y el séptimo, magia ceremonial u Orden. La perfección sería llevar los rayos en equilibrio como el cosmos hace. Y ahora os preguntaréis, como me afectan estos rayos a mi cuerpo. Pues llegamos al apartado de los 7 chakras principales, revisado a 8, pues hay uno llamado Timo y muchos otros secundarios que se extienden a 14 o el conocido chakra unificado. Pero como ya dije, sólo es un esbozo de la totalidad.

Imaginad ahora un desagüe, cuando el agua cae por él, crea una espiral. De la misma forma que las galaxias giran como si de un desagüe se trataran, por la ley de semejanza. Cada cuerpo del cosmos dispone de 7 espirales o ruedas principales, que coinciden también con 7 planetas principales de nuestro sistema solar, que en Sanscrito, se le llaman Chakras.

Numerados por orden ascendente, donde el primero se acerca más al suelo cuando un ser está de pie, el último corresponde con la coronilla. Tenemos el primero que representa la tierra, el color rojo e infunde las cualidades de instinto, supervivencia y seguridad. Con sus correspondientes órganos adjuntos y muchos otros detalles que insto a que conozcáis.  El segundo, representado con el color naranja y el elemento agua tiene las cualidades de la emoción, energía sexual y creatividad. El tercero representado en amarillo y elemento fuego, hace referencia a la mente, poder, control y libertad propia. El cuarto, el corazón, representado en color verde y elemento aire. Exalta y aparecen las cualidades de devoción, amor, compasión y sanación. El quinto, la garganta, de color azul y representado como el éter, hace referencia a las capacidades oratorias y autoexpresión. El sexto, conocido como el tercer ojo, de color añil, y representado por el elemento tiempo, se encarga de la intuición y la percepción extrasensorial. Y el último o el primero, en mi escala sería el séptimo, el de la coronilla, representado en blanco o violeta y simboliza el elemento cósmico o espacio, sirve para la conexión con la trascendencia o la divinidad. Una energía de la más alta vibración que a continuación hablaremos. Las ruedas energéticas o remolinos, se pueden obstruir o trabajar de forma opuesta a la del sentido horario, provocando, varios desequilibrios, que comprenden, a saber, desde enfermedades físicas, a astrales y/o incluso mentales.

Con todo lo expuesto, ha llegado el momento de intentar que vuestras mentes comprendan el concepto de Dios. Imaginad, un supercomputador que está en conexión con todo lo anteriormente expuesto. Una energía que vibra en todas las dimensiones y se encarga de que todo siga fluyendo según su ley de vida y amor. Fuente de los rayos, fuente de la vida, la verdad, el principio de todas las cosas, el espíritu o energía de mayor alta vibración del cosmos, el absoluto o la unidad y la inteligencia que todo lo rige con su principal ley del amor incondicional. Esa energía de altísima vibración, creó el universo o tablero con parte de sus vibraciones: las estrellas, los planetas, las plantas y los animales, los seres que llamamos extraterrestres e incluso a los humanos. Y a eso, le llaman la gran explosión o el momento del Big Bang, cuando la fuente expandió su energía con todas las vibraciones y enlazado todo por cuerdas, para la creación de lo que llamamos el universo. Por eso se dice que es omnipresente y omnipotente, pues su esencia, como si de un “graffiti” se tratara, está impresa en todo lo que se ve, y todo lo que no se ve. Cuando el Maestro Jesucristo habló de la creación, se refirió al padre como el gran Sol central, hace 2000 años, este ser ya hablaba del Big Bang, como una estrella inicial que se expandió y creo el cosmos. Sin conocimientos de física y sin ningún acelerador de partículas, como podía saber tal afirmación en una época que no existía ni siquiera el telescopio. El secreto estaba en su ADN intradimensional.

Antes de finalizar decir que la forma de conectar con estas dimensiones que antes he nombrado, es mediante la activación del ADN intradimensional. Es decir, el 90% del ADN que para los científicos es basura, es la clave de esta comprensión y del verdadero avance de un ser. Sin faltar al respeto a nadie, me veo en la obligación de decir que el universo no fabrica basura, es un sistema perfecto al 100%. La única basura la generan los humanos que no han comprendido el equilibrio y el reciclaje. Esos científicos siguen creyendo que con microscopios tridimensionales, pueden ver un diseño cuántico. No son capaces de ver más allá de sus nublados parpados sin la percepción real de un mundo cuántico, sumado a su pésima y absurda matemática y ciencia no son capaces ni de curar un triste cáncer. Algo que hace el ADN intradimensional cuando se encuentra en armonía con el cosmos. Para ilustrar este argumento que he dado, aludiré a la Estrella de Mar. Un animal capaz de regenerar una parte de sí, en caso que le sea fragmentada. Magia?. No, es fruto de su ADN evolucionado.

Así nos va, maravillados de nuestra ciencia, mientras los seres evolucionados del universo, se llevan sus etéreas manos a la cabeza con la esperanza de que algún día comprendamos que antaño, en la tercera especie humana, Los Lemurianos, hace muchos eones de tiempo, eran más avanzados que lo que actualmente somos. A modo de anécdota, por si lo leído hasta ahora no os ha parecido suficiente diré que antaño había 17 especies de humanos, y unos seres multidimensionales provenientes de la Pleyades, viajaron al planeta Tierra, algo que les costó muy poco tiempo, con sus tecnología de curvatura, y modificaron el ADN de una de esta 17 especies, para convertirnos en lo que algún día hemos de ser, Dioses a imagen y semejanza del creador.

Es decir, la verdad del propósito del ser humano como especie. Se podría decir más alto, pero no más claro. Ser como esa energía, y comprender sus reglas de juego, pues estas son las reglas del juego. Podría extenderme más, pero el concepto, es simplemente este. No obstante, lo extenderé a doce conceptos o ideas para vuestras meditaciones: Comprender la unidad, el amor absoluto, equilibrar la discordia mental mediante chakra corazón, vibración de las cuerdas cósmicas, ritmo del sistema, dharma o ley de educación, trinidad como unión de amor sabiduría y voluntad, generación o co-creación, correspondencia o entrelazamientos cósmico, dar como el universo te dio energía para vivir, compartir como ley de vida y confiar, pues crea seguridad.

Desde el universo, con amor.

Fuente:  Descifrando el universo ….

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